Mirando hacia atrás a los muchos años desde que me subí por primera vez a un escenario, reflexiono sobre el mundo muy diferente en el que vivimos ahora, de muchas maneras, una de las cuales cambia es la medida en que la interpretación y el disfrute del flamenco la música se ha vuelto tan generalizada y natural.

Pero si el mundo ha cambiado, como sin duda lo ha hecho, en relación con la conciencia de la profunda belleza de la música flamenca, esa ocasión, hace tantos años también me cambió la vida personalmente, de al menos dos formas.

Primero, simplemente aparecer allí, en el escenario, tratando de expresar, solo con la guitarra, los elementos de mi cultura musical, que tradicionalmente involucraba acompañar a cantaores/as y bailaores/as, fue un gran punto de partida para mí. ¡Había tomado una gran decisión y la situación era aterradora y el resultado impredecible!

Al final resultó bien, en gran medida debido al apoyo y la calidez que recibí tanto del personal como del público. Desde entonces he tratado de seguir ese mismo objetivo de buscar transmitir lo que creo que es la verdadera esencia del flamenco, ya sea en solitario o acompañando al cualquier compañero cantaor/a o bailaor/a.

La otra revelación trascendental de ese día fue el descubrimiento de que el flamenco, en la forma en que lo presenté, es decir, sin pretensiones sino simplemente como creo sinceramente que es la música, como la había recibido de mi tradición, resonaba. con la audiencia! Había estado apostando por esa noción, pero haberlo demostrado con el resultado del concierto me hizo inmensamente feliz de una manera que me determinó en el camino que he seguido desde entonces.

Mi concierto consiste en una variedad de solos de guitarra basados y extraídos de diferentes formas de interpretar la guitarra que provienen directamente del repertorio flamenco tradicional que aprendí durante mi infancia y adolescencia.

Empiezo con una SOLEA es el palo favorito de la mayoría de los aficionados al flamenco. Tiene el potencial de expresar una amplia gama de emociones esencialmente ligadas a las cualidades más profundas del flamenco.

A continuación una TARANTA, otra forma ‘libre’ llena de intensidad y profundidad de sentimiento, quizás por su génesis entre los trabajadores de las minas de Andalucía Oriental enlazadas con la elegancia y la gran delicadeza rítmica de mi buen amigo Patricio Cámara ¨Patxi¨ unas ALEGRIAS contrastantes, una forma de toque y cante, rítmico y vivaz originaria de Cádiz.

Continuo por GUAJIRAS un toque llamado de los de Ida y Vuelta originario de Sudamerica, un toque muy alegre y a la misma vez rítmicamente muy enriquecido.

Seguidamente hacemos una versión del tema del gran Enrique Montoya (SOBRE EL OLIVAR) interpretado magníficamente por la voz de Rocío Luna.

Una Vez introducido el cante, seguimos con un cante por TANGOS también interpretado por Rocío Luna, un cante mas alegre que invita al ensamble rítmico entre publico y artistas.

FANDANGOS DE HUELVA. Esta variedad de fandango es quizás la más popular y extendida. El ritmo sutil y armonioso se ve enriquecido por la voz de mi buen amigo y gran cantaor Bernardo Miranda.

BULERÍAS es, por excelencia, el cante y el baile para la fiesta o fiesta. Muestra una especie de explosión de ritmo complejo y alegría que lo hace verdaderamente único en su carácter, y absolutamente indispensable en un encuentro flamenco o en cualquier FIN DE FIESTA.

Guitarra: Rafael Montilla ¨Chaparro Hijo¨
Voz: Rocío Luna
Voz: Bernardo Miranda
Percusión: Patricio Cámara ¨Patxi¨
Fotos: Toni Blanco